Tras pasar la noche a la intemperie de Roma para estar cerca de nuestro objetivo, una grata sorpresa nos espera: un Pantano… Sí, amigos, Roma es grande y tiene hasta este tipo de servicios. Después de una dura jornada andando para llegar a sus instalaciones, tras unos minutos de confusión general, descubrimos a la lejanía una figura blanca, no es Gandalf ni Moisés, es el mismísimo Panoramix custodiado por las fuerzas romanas!!!
Es el ahora o nunca. El paso adelante o el ser conformistas en la vida. Es el momento de demostrar que el campamento ha servido para convertirnos en “Sentinelles del mati”, como proclamaba Juan Pablo II, porque no podemos detenernos ni pararnos. Hay que seguir hacia delante. Nuestro tiempo es de continuo movimiento, que a menudo desemboca en el activismo, con el riesgo del “hacer por hacer”, y hemos de vencer esta tentación buscando “ser” antes que “hacer”.
Por eso, ante las duras romanas, sólo hay una respuesta posible: el crismón, Jesús. Así conseguimos rescatar a nuestro druida y volver a ser un pueblo unido.
Por la noche, tras mostrarnos en el baño del pantano que un druida también se puede bañar con barba y túnica (lamentamos no poder mostrar fotografía del momento en cuestión, ya verán el video en su momento, al menos tienen la foto del marido de una cocinera asesinado en el Cluedo de juveniles, su historia no tiene nada que ver con nosotros, pero la foto de miedito), Panoramix nos develará el secreto mejor guardado de toda esta historia: la pócima no tiene efecto, toda nuestra aventura ha sido posible por nuestros propios medios, desde nuestro interior, sin ninguna ayuda externa.
Así debe ser la vida de los juniors, los signos, los simbolos son importantes pero no son lo esencial, lo único, lo verdadero es la fe y ello radica en nuestro interior.
