Tras tantos días de campamento, de juniors galos, de perder y volver a encontrar a Panorámix, de emociones, de amistad, de encuentro con el Señor… tras todo ésto, aun nos quedaba una última jornada y para ese día quedaba una sorpresa final: los campamentos de juniors y de juveniles convergían en el mismo punto final.
Para ello, un gran juego (fuera de concurso, como diría aquel) conjunto remató un campamento inolvidable para ambos movimientos bajo el duro sol de Benagéber: carreras, saltos, bailes, danzas… más de 200 cristianos juntos bajo una misma bandera: la de Jesús. Y, para hacerlo más claro a todos, otra sorpresa (siempre hay más y más sorpresas en un campamento) más a modo de símbolo de unión: los educadores de juveniles jugaron con los de juniors y viceversa: La Asunción, somos todos.
Por la tarde ya vendría la eucaristía de final de campamento, la despedida de juveniles, la espectacular cena final, la oración conjunta bajo la luna, el baile… muchas y muchas más emociones que no se pueden describir, porque ya saben, los últimos días de campamento son especiales , emotivos y vividos de forma diferente para cada uno. Pero, para todos, inolvidable.
Y así acabó Benagéberix’08.