Un año más, los juniors volvimos a sacar por un día el Centro de debajo de las faldas del campanario y marchamos a llevar nuestra alegría y compromiso cristiano a una calle de los diversos barrios que integran nuestra parroquia. Allí, los niños de juniors y tercero de catequesis familiar jugaron, rieron pero, sobre todo, hicieron pública su fe por las calles.
En este 2008, el turno le ha vuelto a llegar a la Calle Poeta Espronceda que, durante unas horas se convirtió en el Torrent medieval, justamente, de hace 760 años cuando se fundó nuestra comunidad parroquial. Por eso, la calle, durante dos horas se llenó de caballeros hospitalarios, monjes, damiselas, brujas, adivinos, mercaderes que nos recordaban como empezó aquello de Torrent hace un porrón de años.
Pero, como cada edición de la Fiesta del Barrio, lo de menos era la ambientación o los juegos, sino que los vecinos, especialmente los niños, participaran durante todo el día colaborando en el montaje y visitando la fiesta siendo unos juniors más por un sábado.
Hacer comunidad, en definitiva.
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